Costillar de cerdo al horno con calimocho

¿Quieres preparar un plato sencillo, original y apto para todos los paladares? Atrévete con nuestra receta de costillar de cerdo al horno con calimocho.

Conste en acta que cuando se nos ocurrió la receta del costillar de cerdo al horno con calimocho estábamos totalmente sobrios. Habíamos pedido a nuestro supermercado proveedor de alimentos unas costillas de cerdo para hacerlas guisadas con patatas y maíz (una receta muy famosa en Tenerife que a no mucho tardar os explicaremos) y, para nuestro desconcierto, nos trajeron unos costillares de cerdo. No hubiera habido mayor problema en cortarlos y utilizarlos en la receta que teníamos en mente, pero es que para colmo de males eran de esos costillares con poca carne, inutilizables para un guiso.

Decidimos entonces hacerlos al horno, y darles un toque yanky tipo salsa barbacoa, o con alguna mezcla también agridulce como miel y mostaza, que siempre le funciona muy bien al cerdo. El problema es que, como decía, los costillares que nos sirvieron tenían muy poca carne (mirad las fotos y os convenceréis) y si nos limitábamos a asarlo se nos iba a quedar seco. Por lo tanto, la solución pasaba por hacerle un marinado en caliente y luego proceder a asarlo con su correspondiente costra agridulce. Y así nació la receta del costillar de cerdo al horno al calimocho.

Spoiler: Nos ha salido espectacular.

INGREDIENTES (PARA 4 PERSONAS)

3 costillares de cerdo.
1/2 litro de vino tinto.
1/2 litro de refresco de cola.
Dos ramas de Canela.
Sal.
Pimienta.
Romero
Un pomelo.
Azúcar moreno.
Ketchup.
Tabasco.
Salsa de soja.
Miel.

ELABORACIÓN DE LA RECETA DE COSTILLAR DE CERDO AL HORNO CON CALIMOCHO

Salpimentamos los costillares por ambas caras. Le espolvoreamos un poco de romero y los ponemos en una bandeja de horno con la parte de la carne hacia abajo.
En la bandeja vertemos medio litro de vino tinto y medio litro de refresco de cola.
Añadimos un pomelo cortado a cuartos y dos ramas de canela.
Metemos en el horno en posición media-baja y lo ponemos a 160 grados durante una hora.
Pasada la hora, sacamos la bandeja del horno y reservamos los costillares en una bandeja.
Tiramos el pomelo y la canela, y echamos el líquido de la cocción en una sartén. La ponemos a fuego fuerte.
Añadimos tres cucharadas soperas colmadas de azúcar moreno, y vamos removiendo hasta que se disuelve.
Sin dejar de remover de vez en cuando, ponemos el fuego en intensidad medio-fuerte y añadimos unas gotas de tabasco, dos cucharadas soperas de mostaza y una y media de miel.
Cuando todo se haya disuelto, añadimos un chorro de salsa de soja y otro un poco más generoso de ketchup.
Vamos removiendo hasta que la salsa se espesa. Apagamos el fuego y ponemos a salsa en un recipiente hondo.
Colocamos los costillares con la carne hacia abajo en una rejilla de horno a media altura (en el rail de debajo podemos volver a poner la bandeja que usamos antes, para evitar que nos gotee en el fondo del horno.
Pintamos los costillares por encima con la salsa que hemos elaborado, y ponemos el horno a 190 grados.
Pasados diez minutos le damos la vuelta a los costillares, volvemos a pintar con la salsa, y le damos entre diez y quince minutos más de horno, hasta que alcanzan ese color doradito que tanto nos gusta.
Servimos inmediatamente.

CONSEJOS Y VARIANTES

SUPERTRUCO: Como en casa no nos gusta tirar nada, lo que hicimos con la salsa que sobró de pintar los costillares fue -en el propio cuenco y en frío – añadirle mayonesa y un poco más de tabasco. Luego le dimos unas vueltas con una varilla para homogeneizar la salsa y se la echamos a las patatas fritas a cuadros con que acompañamos los costillares. Nos quedó un cruce delicioso entre patatas barbacoa y bravas. ¡Pruébalas y nos cuentas!